Guía uno filosofía tercer trimestre grados décimos
- jairocas273
- 12 ago 2021
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ONTOLOGÍA MEDIEVAL

La época medieval se caracterizo por el surgimiento de filósofos cristianos, quienes intentaron acomodar la idea de la Physis a la de Dios. Es decir que para ellos la physis es la creación. La doctrina cristiana se constituyo por dos dogmas principales, el dogma trinitario, en el cual en Dios hay una sola sustancia en tres personas distintas y el dogma cristológico, que distingue una sola persona, Cristo, como hombre y Dios perfecto, unión de las dos naturalezas divina y humana. En esta época se tomaron las mismas categorías metafísica griegas y se adecuaron al cristianismo, por lo que es criticada por ser una época oscura para la filosofía sin embargo, respecto a esto Zubiri escribe “El cristianismo tiene una idea del mundo distinta ala de los griegos. La idea de mundo fue uno de los más importantes puntos de encuentro del cristianismo con la filosofía, y lo que forzó a los pensadores cristianos a elaborar un pensamiento filosófico propio, Puede decirse que originariamente toda la radical innovación que el cristianismo introduce en la filosofía es una nueva idea del mundo. Mientras los metafísicos cristianos, salvo en puntos concretos, absorben, depuran y elevan la metafísica griega, en cambio rompen con esta por su idea del mundo. Y ante todo por la raíz de este: el mundo esta “creado”. Este es su carácter último y para muchos pensadores un carácter formal e intrínseco del mundo en ciato tal. Mundo es entonces la totalidad del ente creado qua creado. Con ello, la metafísica se convierte en teoría de la creación”. Para los escolásticos medievales el objeto propio de la metafísica fue un motivo de gran preocupación y se ocuparon en gran medida de las relaciones entre la metafísica y la teología. Agustín de Hipona reconcilia el pensamiento platónico con el dogma cristiano, esta obra se resume en la sentencia de “cree para entender”, pues la verdad buscada por la filosofía era Dios, y su acción intelectual quien es Cristo. En ontología San Agustín identifico a Dios con Ser, por ser el la identidad, la esencia. Dios es para el la inteligencia que contiene las ideas de las cosas del mundo sensible, esto significa que todas las cosas son obra e inspiración del El. En esta época se manifestó el problema de los universales, que es la pregunta sobre el tipo y el conjunto de todo aquello que se asume como existente, es el nombre que se le da a un conjunto de cosas que comparten alguna característica, por ejemplo Hombre (cuando no referimos a todos los hombres), caballos, libros, etc. El problema surge cuando no se sabe real la existencia de estos términos. Boecio expreso respecto a esto que lo universal no podía ser sustancia, pues esta es singular (las cosas son singulares), y que lo universal era inmaterial y existía unido y confuso a los accidentes de las cosas (las cosas son universales, sin embargo esta proposición resultaba problemática para los filósofos a la hora de explicar la Trinidad la unidad de tres sustancias en una sola. En la época medieval cabe destacar dos corrientes contrarias, el realismo y el normalismo, que intentaban dar respuesta a la pregunta sobre los universales. Los realistas pensaban que lo universal existe como una sola cosa, y que la existencia de las cosas estaba premeditada por la existencia de los universales. El más importante realista fue Santo Tomás de Aquino. El describió la metafísica como “la ciencia de la verdad, no de cualquier verdad, sino de aquella verdad que es el origen de toda la verdad, esto es, que pertenece al primer principio por el cual las cosas son. La verdad que pertenece a tal principio es, evidentemente, la fuente de toda la verdad” (Contra Gent., I, 1,2). Esto da como resultado que Dios sea el objeto de la metafísica y a la vez sea el estudio del ser o el ente, lo que da a pensar en una subordinación ante la teología por parte de la física, que es justificada por Santo Tomás por un acuerdo fundamental entre estos dos que dan como resultado la metafísica. Para Santo Tomás el propósito de la metafísica era el conocimiento de Dios a través de los seres finitos sensibles.
EL DABATE SOBRE LOS UNIVERSALES EN LA EDAD MEDIA:
Los universales son textualmente los géneros y las especies a las que pertenecen los individuos y las cosas. La definición de un objeto de estudio, en la que se describe lo que ese objeto, los filósofos desde el principio de la filosofía plantearon que debería ser de carácter universal, es decir, válida para todos los individuos de una misma especie o con un mismo género. Esa definición describiría dicha especie o género.
La polémica con respecto a los universales surge al plantear el tipo de existencia que deben tener los mismos. Dicho problema surge dentro de la teoría del conocimiento en la Filosofía medieval. La teoría del conocimiento en la Edad Media es producto de comentarios a la lógica que Aristóteles desarrollada en las "categorías".
El problema se genera "siguiendo un pasaje de la "Isagoge" (Introducción) de Porfirio a las "Categorías" de Aristóteles y los comentarios de Boecio a este respecto. El pasaje de Porfirio es el siguiente:
"Sobre los géneros y las especies no diré aquí si subsisten o bien si están solamente en el entendimiento, ni en caso de que subsistan, si son corpóreos o incorpóreos, separados de las cosas sensibles o situados en las mismas expresando sus caracteres uniformes".
De las alternativas señaladas en este pasaje por Porfirio sólo una no encuentra comprobación en la historia de la disputa: aquella por la cual los universales serían realidades corpóreas. En compensación, se verifica históricamente una alternativa que Porfirio, a lo que dicen, no había previsto: o sea, que el universal no exista ni siquiera en el intelecto y sea sólo un nombre, un flatus vocis. De todas formas, del pasaje de Porfirio resulta que las dos soluciones fundamentales del problema son las que más tarde se llamaron del realismo (o formalismo) y del nominalismo (o terminismo): la primera de ellas afirma, mientras que la otra niega, que los universales existan de algún manera fuera del alma. Las soluciones que la disputa de los universales halló en la escolástica fueron muchísimas. Es conveniente considerar los universales en tres esferas: como arquetipos en la mente de Dios, como esencias en las cosas y como conceptos por medio de los que hablamos de las cosas. La posición adoptada en esta polémica depende de las afirmaciones o negaciones que se formulen en cada una de las esferas. Así, si se niega que los universales están en nuestra mente como conceptos y se declara que sólo son imágenes o vocablos comunes, tendremos una posición terminista. Y si se afirma que están en nuestra mente, se puede discutir si existen también en la realidad algo denotado por ellos; cuando se mantiene que no, la posición ser Conceptualista, y cuando se mantiene que si, se pueden dar dos posiciones:--el universal existe realmente o Realismo extremo o --el universal existe formalmente en nuestro espíritu o Realismo Moderado.
Para el realismo, es decir, para la tradición lógica platónico-idealista, el universal es, además del conceptus mentis, la esencia necesaria o la substancia de las cosas y la idea de Dios. Para el nominalismo, es decir, para la tradición estoica, el universal es un signo de las mismas cosas que está en lugar (supponit) de ellas.
El antagonismo entre realismo y nominalismo, entre la vía antigua y la vía moderna es, pues, un antagonismo de fondo que sobrepasa el alcance de las disputas sutiles, abstractas y muchas veces enojosas, a que dio lugar. El realismo se puede emplear en plan teológico y cosmológico; el nominalismo no. De ahí que las corrientes de la escolástica que se inspiraron en el realismo fueran las que se empeñaron en defender la teología y la concepción teológica del mundo. En cambio, las que se inspiraron en el nominalismo, por lo general, se enfrentaron contra la teología y adoptaron una posición crítica con respecto a la concepción teológica del mundo, lanzándose a veces a innovaciones atrevidas que presagian la preparación de nuevas concepciones acerca de la naturaleza y del hombre. Así se explica por qué, al final de la escolástica, tuviera predominio el nominalismo: los problemas de la teología, relegados al dominio de la fe, no interesaban a la filosofía

Los nominalistas, al contrario, consideraban los universales como irreales y abstracciones del pensamiento, pues para ellos pensar en la realidad de los universales era limitar la inteligencia y el poder de Dios.
El principal nominalista fue Guillermo de Ockham, quien considero a los universales como meros instrumentos del lenguaje que tomaban el lugar de las cosa cuando se hablaba de ellas. Lo universal eran simples términos para designar las cosas.
Antecedentes
"Sócrates, quien -desentendiéndose de la Naturaleza en su conjunto- se consagró exclusivamente a los problemas morales, proponiéndose lo universal como objeto de sus indagaciones y siendo el primero que aplicó el pensamiento a dar definiciones." (Aristóteles, Metafísica.) (p. 45).
"Platón heredero de esta doctrina y habituado a la indagación de lo universal, pensó que las definiciones no podían referirse a los seres sensibles –ya que no es posible dar una definición común de objetos que cambian continuamente-, sino a otro tipo de seres. A esto seres los llamó Ideas. Y añadió que las cosas sensibles existen separadas de la Ideas." (Aristóteles, Metafísica) (p. 45).
Causa de la polémica
"Sobre los géneros y las especies no diré aquí si subsisten o bien si están solamente en el entendimiento, ni en caso de que subsistan, si son corpóreos o incorpóreos, separados de las cosas sensibles o situados en las mismas expresando sus caracteres uniformes". ( Porfirio, Isagoge).

Sobre Roscelino
"los cuales creen que las sustancias universales no son otra cosa que un soplo de voz (flatus vocis); éstos por "color", no pueden entender otra cosa que el cuerpo coloreado, y por "sabiduría" otra cosa que la misma alma del hombre".
"Quien no comprende ni siquiera de qué manera los hombres constituyen la única especie hombre, ¿Cómo podría comprender de qué manera, en la misteriosísima naturaleza divina, varias personas, cada una de las cuales es un Dios perfecto, constituyen un solo Dios?". Anselmo de Canterbury
Sobre Guillermo de Champeaux
" Afirmaba que una cosa, esencialmente la misma, está toda a la vez en cada una de los dos individuos, que serían esencialmente idénticos y sólo se distinguirán entre sí por la variedad de los accidentes." (Hist. Calam)
"El corrigió su opinión diciendo que la realidad universal se encuentra en los individuos no esencialmente, sino individualmente" (Abelardo, Hist. Calam.).

Posición de Abelardo
"Y entre los diversos ejercicios de nuestro discurso filosófico me propuse echar por tierra e incluso destruir su teoría de los universales con argumentos clarísimos. En su teoría de los universales afirmaba que una misma esencia estaba en todas y cada una de las cosas particulares o individuos. En consecuencia, no había lugar a una diferencia esencial entre los individuos, sino a una variedad debida a la multiplicidad o diversidad de los accidentes. Pasó después a corregir su afirmación diciendo que las cosas eran las mismas no esencialmente sino a través de la no diferencia.
El tema de los universales siempre ha sido el problema principal de la dialéctica. Tan importante que el mismo Porfirio en su Isagoge, al tratar de los universales, no se atrevió a pronunciarse, diciendo que "era un asunto muy arriesgado". Pues bien, cuando nuestro hombre corrigió, o mejor dicho, se vio obligado a abandonar su teoría original, sus clases....." (Historia Calamitatum, cap. 2).
"Preferí la armadura de la dialéctica a todo otro tipo de filosofía. Por estas armas cambié las demás cosas, prefiriendo los conflictos de las disputas a los trofeos de guerras. Así pues, recorrí diversas provincias, disputando. Me hice émulo de los filósofos peripatéticos, presentándome allí donde sabía que había interés por el arte de la dialéctica" (Histo. Calam. I).
"Empecé explicando en mis clases el fundamento mismo de nuestra fe con argumentos sacados de la razón humana. Para ello compuse un tratado de teología destinado a los estudiantes con el título De Unitate et Trinitate divina. Lo compuse a requerimiento de los alumnos mimos que me pedían razones humanas y filosóficas. Razones y no palabras -seguían diciendo- si no se comprenden. Ni se puede creer nada si antes no se entiende. Y es ridículo que alguien predique lo que ni él mismo entiende y que los mismos a quienes enseña no puedan entender. El Señor mismo los califica de "guías ciegos de ciegos"" (Historia Calamitatum, cap.9).
"Cierto día, Alberico se acercó a mí con algunos de sus discípulos con ánimo de tentarme. Después de unas palabras amable, me dijo que estaba extrañado de algo que había encontrado en mi libro.
Afirmas –me dijo- que Dios engendró a Dios y que no hay más que un solo Dios. Niegas, sin embargo que Dios se haya engendrado a sí mismo.
Si quieres –le contesté- explicaré eso al instante.
No nos preocupa tanto –replico él- la razón humana, ni la explicación que le damos, cuanto las palabras de la autoridad.
Volved la página –les dije yo- y encontraréis la autoridad que buscáis.
Tenía a mano el libro que él mismo había traído. Buqué el lugar que conocía –y que él no había sido capaz de encontrar-. O es que no buscaba más que lo que me pudiera dañar. Y quiso Dios que apareciera ante mí lo que yo iba buscando. Era el capítulo titulado: San Agustín, De trinitate, libro I: "Quien piensa que Dios se engendró a si mismo de su propia potencia, se equivoca doblemente: no sólo porque Dios no es así, sino además porque no es criatura ni espiritual ni corporal. No es pues, ninguna cosa que se pueda engendrar a si misma.
Cuando los discípulos que estaban presentes oyeron esto, enrojecieron de estupor. El, en cambio –como para defenderse- dijo:
Habrá que entenderlo bien.
No es nada nuevo –añadí yo-; pero éste no es el caso ahora, pues me había pedido las palabras, no el sentido de las mismas. Y Añadí:
Si quieres escuchar el sentido y la explicación de las mismas, estoy dispuesto a exponerlos, tal como aparecen en la proposición citada. Y puedo probarte además que has caído en la herejía que supone que el Padre es Hijo de sí mismo." (Histo. Calam. IX).

La posición de Ockham
"Hay que sostener que no hay ningún universal fuera del alma existiendo realmente en las substancias universales, ni pertenecen a la substancia o esencia de ellas, sino que el universal existe sólo en el alma...como por ejemplo, "hombre" es universal porque es predicable de muchos no por sí, sino por las cosas que significa". (Sobre Porfirio, I,2).
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