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GUÍA 5 RELIGIÓN OCTAVOS LA EVANGELIZACIÓN DEL INDIGENA JUSTIFICACION RELIGIOSA DE LA ESCLAVIDTUD

  • Foto del escritor: jairocas273
    jairocas273
  • 28 abr 2021
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 22 nov 2021


Una vez se establece la humanidad del indígena por parte del Vaticano, el rey de España emite una serie de leyes cuyo propósito es proteger la dignidad el indígena, algunos de esos decretos decían que el indígena no debía ser sometido a esclavitud, que debían tener derecho a la propiedad. Pero una cosa era lo que decía en el papel la corona Española y otra muy diferente era lo que pasaba en la practica, la gran mayoría de los indígenas a duras penas sabían leer y escribir, y apenas si entendían el idioma español, mucho menos iban a saber de leyes y los derechos legales que les amparaban.

fue así como los colonos Españoles se inventan "La encomienda", un sistema de explotación del indígena que consistía en que a un Español le asignaban una tierra y un grupo de indígenas para que las trabajaran, a cambio del trabajo de los indígenas el encomendero debía darles un pedazo de tierra donde ellos pudieran construir una choza y tener una huerta, también se supone que debería instruirles en educación académica y religiosa. pero esto apenas si se cumplía porque la avaricia de los encomenderos por enriquecerse los llevaron a reventar a trabajo a los indígenas que apenas si llegaban a sus chozas a descansar, en cuanto a la evangelización bueno de vez en cuando un fraile pasaba por la hacienda del encomendero y daba una misa a un grupo de indígenas que no entendían nada de una religión que les resultaba ajena a su cultura, creencias, dioses y cosmovisión de la vida.

Pronto empezaron a alzarse quejas ante la corona y el vaticano sobre el gran fiasco que era la encomienda y los abusos a los que seguían siendo sometidos los indígenas. entre todas estas voces una destacó en la isla de republica Dominicana del padre Fray Antón Montesinos.


El sermón del tercer domingo de adviento de 1511, según Bartolomé de las Casas, dice así:


Llegado el domingo y la hora de predicar, subió al púlpito el susodicho padre fray Antón Montesino, y tomó por tema y fundamento de su sermón, que ya llevaba escrito y firmado por los demás: Ego vox clamantis in deserto (una voz que clama en el desierto) Hecha su introducción y dicho algo de lo que tocaba a la materia del tiempo del Adviento, comenzó a encarecer la esterilidad del desierto de las conciencias de los españoles de esta isla y la ceguera en que vivían; con cuánto peligro andaban de su condenación, no advirtiendo los pecados gravísimos en que con tanta insensibilidad estaban continuamente zambullidos y en ellos morían. Luego torna sobre su tema, diciendo así: "Para dároslos a conocer me he subido aquí, yo que soy voz de Cristo en el desierto de esta isla, y por tanto, conviene que con atención, no cualquiera, sino con todo vuestro corazón y con todos vuestros sentidos, la oigáis; la cual voz os será la más nueva que nunca oísteis, la más áspera y dura y más espantable y peligrosa que jamás pensasteis oír".




"... que todos estáis en pecado mortal y en él vivís y morís, por la crueldad y tiranía que usáis con estas inocentes gentes. Decid, ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre a estos indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas, donde tan infinitas de ellas, con muertes y estragos nunca oídos, habéis consumido? ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin darles de comer ni curarlos en sus enfermedades, que de los excesivos trabajos que les dais incurren y se os mueren, y por mejor decir, los matáis, por sacar y adquirir oro cada día? ¿Y qué cuidado tenéis de quien los doctrine, y conozcan a su Dios y creador, sean bautizados, oigan misa, guarden las fiestas y domingos? ¿Estos, no son hombres? ¿No tienen almas racionales? ¿No estáis obligados a amarlos como a vosotros mismos? ¿Esto no entendéis? ¿Esto no sentís? ¿Cómo estáis en tanta profundidad de sueño tan letárgico dormidos? Tened por cierto, que en el estado [en] que estáis no os podéis más salvar que los moros o turcos que carecen y no quieren la fe de Jesucristo".


Finalmente de tal manera se explicó la voz que antes tanto había encarecido, que los dejó atónitos, a muchos como fuera de sentido, a otros más empedernidos y algunos algo compungidos, pero a ninguno, por lo que yo después entendí, convertido. Concluido su sermón, bajase del púlpito con la cabeza no muy baja, porque no era hombre que quisiese mostrar temor, así como no lo tenía, si se daba mucho por desagradar los oyentes, haciendo y diciendo lo que, según Dios, le parecía convenir; con su compañero se va a su casa pajiza, donde, por ventura, no tenían qué comer, sino caldo de berzas sin aceite, como algunas veces les acaecía. Salido él, queda la iglesia llena de murmullo, que, según yo creo, apenas dejaron acabar la misa.


El caso es que los colonos contraatacaron, no iban a permitir que unos románticos curas les acabaran con sus privilegios, así que iniciaron una hábil campaña de desprestigio contra aquello que defendían a los indígenas; el resultado para el año de 1518 la población indígena estaba menguada y fue cunado empezó el mercado de esclavos triados del África para suplir la falta de mano de obra en estas tierras.


En la justificación de la esclavitud del hombre Africano jugó un papel fundamental nuevamente el concepto de orbe cristiano, primero que los Africanos no practicaban y desconocían la fe católica (hablamos de tribus ubicadas en centro y sur del continente, ya que la parte norte del continente siempre ha tenido relaciones cercanas con la cultura Europea) Bueno el desconocimiento de la fe católica como ya lo vimos para la mentalidad religiosa del europeo español de esta época, es sinónimo que dichos seres no son hijos de Dios; con los indígenas el argumento que los salvó de verlos como animales, fue el hecho de que los Europeos pensaron que ellos eran los descendientes de Caín, razón por la cual Dios los privó de la luz de su evangelio. Pero no encontraron explicación alguna para la ignorancia evangélica cristiana de los Africanos.

la segunda idea religiosa que justificaba el sometimiento del hombre africano fue el concepto de creación del hombre a imagen y semejanza de Dios, el hombre Europeo por su puesto, ellos no podían dar crédito al hecho que un hombre negro fuera la viva imagen antropomórfica de un Dios Blanco. por su puesto estas dos cosas juntas dio como resultado la férrea creencia que ellos no eran humanos, no tenían un alma en sus cuerpos y por tanto eran sólo bestias bípedas.






 
 
 

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