GUÍA 4 RELIGIÓN DECIMOS Y ONCES RELIGIÓN Y CONTROL SOCIAL

En la antigüedad la religión y el gobierno estaban fundidos como uno sólo, en Egipto por ejemplo el Faraón era visto como una divinidad encarnada para establecer un puente de comunicación entre los dioses y los mortales. gracias a su sacrificios y rituales el faraón lograba que los dioses enviaran fertilidad y bienestar al pueblo egipcio, que el sol se levantara cada día por el oriente; en fin más que una figura política el faraón era una figura religiosa, de esta manera su poder para gobernar no era otorgado por la voluntad del los hombres si no por la voluntad divina.

La edad media no fue ajena a este concepto ya que los reyes de Europa se creía eran designados directamente por Dios para gobernar, la iglesia vendía la idea de que eran almas superiores que por voluntad divina venían a este mundo para dirigir y administrar la vida del resto de los mortales. este pensamiento estaba tan acentuado que Martin Lutero el gran reformador de la iglesia que empezó su labor en 1517, con todo y lo liberal que eran sus ideas, creía que era contra natura y una ofensa a Dios que los siervos se levantaran encontra de sus señores feudales. En todo caso este cuento de la laicidad del estado es relativamente reciente y al parecer dicha separación Estado - Iglesia no se ha logrado del todo aún en la actualidad.

Esta charla que se da sobre el tema de la laicidad en México, un tema que fue impulsado en el siglo XIX en este país por Benito Juárez, es común a muchos o posiblemente a todos los países latinoamericanos, ya que por un lado se habla de laicidad, pero por otro vemos que florecen partidos de corte religioso o funcionarios que gobiernan basándose en sectorismos sociales de corte religioso, lo cual resulta muy peligroso ya que un funcionario público debe gobernar tanto para el que comulga con sus creencias como para aquellos que no las comparten . se defiende entonces que la religión debe practicarse en la esfera de lo privado y permitir que haya libertad de creencia, ya que este es el espíritu del estado laico.