top of page

GUÍA 3 TRIMESTRE 3 NOVENOS HISTORIA DE ALGUNAS IGLESIAS CONTEMPORANEAS

  • Foto del escritor: jairocas273
    jairocas273
  • 6 oct 2021
  • 28 Min. de lectura

Actualizado: 14 oct 2021


Orígenes

Los testigos de Jehová tienen su origen en el siglo XIX, específicamente 1879 (1). Su fundador fue Charles Taze Russell (1852-1916), próspero economista que dispuso de tiempo libre para dedicarse al estudio de la Biblia.


Este fundador surgió en el seno del protestantismo estadounidense y dentro de un vasto grupo de milenaristas que esperaban la presencia de Cristo y el fin del mundo por aquellos momentos (George Storrs, Nelson Barbour, pastor adventista y grupo de seguidores). Dicha espera se prolongó desde 1874 hasta 1914. En 1879 Russell, viendo que sus esperanzas de redención universal se desvanecían, consideró por sus estudios bíblicos que la presencia de Cristo en realidad era invisible. Encontró que este punto de vista coincidía con el mencionado adventista Nelson Barbour, a través de la revista Herald of the Morning (1878). Luego de una serie de controversias doctrinales, Russell, separado de Barbour, decidió fundar, en 1879, su propia publicación Zion's Watch Tower and Herald of Christ's Presence, conocida actualmente como Torre de Vigía o La Atalaya (2). De esta manera comenzó una vasta serie de libros y publicaciones. Luego de la muerte de Russell en 1916, tomó la presidencia el juez Rutheford. Entre sus aseveraciones principales se encuentran la resurrección de Abraham, Isaac y Jacob y otros tantos patriarcas del Nuevo testamento, la famosa proclama que los que vivían en 1914 verían el fin (Armagedón) antes de su muerte. Fue este juez quien, en 1931, cambio el nombre de la organización a la denominación actual. Desde 1942, le sucede Natan Homer Knorr, quien establece la prohibición de las transfusiones de sangre y vaticina el fin del mundo para el año 1975. El último presidente fallecido es Frederick William Franz. El actual, a partir de 1992, es Milton G. Henschel.

Pero es a partir de la década de 1940 cuando este grupo comenzó una vasta y tenaz divulgación de sus ideas por medio del contacto con la gente a través de viajes, propaganda pública callejera con literatura adaptada a para ese fin, logrando hasta este momento cubrir el casi 100% de los países de la Tierra. Un ejemplo: En los Estados Unidos Mexicanos sobre un total de 1.751.910 individuos que pertenecen a una población bíblica no evangélica, que incluye Adventistas del Séptimo Día y la Iglesia de Jesucristo de los Últimos Días, los testigos de Jehová, poseen en su haber, 1.057.736 individuos, según datos del año 2000 (3). De todas maneras, en los últimos años se encuentra en franco retroceso la cantidad de individuos que ingresan a sus filas. Solo el 1% de aumento se dio en Argentina el año 2004, con referencia al 2003.

2. Organización

Su estructura es verticalista. La forman las bases de predicadores hasta las cúpulas superiores de congregaciones: circuitos, distritos, sucursales, zonas y el denominado "cuerpo gobernante" con sede oficial (Watch Tower) en Brooklyn, New York. Es una sociedad anónima de características mercantiles. La forman doce personas.

El trabajo de base, predicación y venta de publicaciones son las congregaciones de aproximadamente 100 personas por grupo. Cada una de estas congregaciones están dirigidas por un siervo ministerial (administrador del local, aseo, organización semanal de las reuniones, etc.). Le sigue en jerarquía el cuerpo de ancianos o presbíteros, que son los encargados de velar por la conducta de los miembros y controlar el grado de participación de los mismos en lo que respecta a la divulgación de sus ideas o "predicación". Éstos forman el comité judicial, que posee la función de amonestar o en caso extremos expulsar a aquellos que disienten de las doctrinas básicas o que se hayan visto involucrados en pecados graves.

El circuito lo forman de 20 a 25 congregaciones y lo dirige el superintendente o "siervo de circuito". Por encima de este se encuentra el distrito (grupo de circuitos), a cargo de un "siervo de distrito". Ambos siervos cumplen la función de controlar el estado de las congregaciones en el orden moral y de organización. Les siguen los superintendente de zona y sucursal. Cada una de estas sucursales están a cargo de un director (por ejemplo, de México). Éstos a su vez responden a los a la central en los Estados Unidos, es decir, al cuerpo gobernante.

3. Creencias básicas

Varios son los pilares en donde los testigos de Jehová construyen todo su andamiaje. Uno de ellos, básico para entender toda su escatología, es el concepto sobre la inmortalidad del alma. Para esta organización no existe una vida en el más allá. La culminación de la vida se da con la muerte. Para este fin argumentan, tomando como base una serie de textos bíblicos (entre ellos Eclesiastés 9, 5). Por otro lado, argumentan que el concepto de alma en el lenguaje bíblico no hace referencia a una porción especial del hombre, sino que el concepto "alma" puede referirse a entidades vivientes, dotadas de cuerpo. Este punto de vista les da pie para entender la resurrección de los cuerpos luego del Armagedón. Todos los muertos anteriores a este desenlace serán resucitados. Consideran que la inmortalidad del alma es una idea "pagana" que proviene de Egipto y Babilonia y que no se encuentra ningún indicio de esta idea en las escrituras bíblicas (4).

Poseen un fuerte monoteísmo. No aceptan la idea católica del Dios trinitario, argumentando que no existen indicios de tal idea en las escrituras bíblicas. Por lo tanto, Cristo fue creado y es inferior a su Padre (5). Atacan violentamente el dogma católico con argumentos bíblicos muy elementales.

Tampoco es aceptada la virginidad de María. Consideran que es idólatra venerar a la madre de Jesús. Consideran que Jesús tuvo otros hermanos de carne. La misma actitud, con respecto a los santos tradicionales y populares. Son extremadamente duros con las manifestaciones populares religiosas. Consideran que no son aceptadas por Dios. Las tachan de paganismo (6).

En cuanto al tema sexual, gozan de un puritanismo particular. Son motivo de expulsión las relaciones prematrimoniales y el adulterio. El tema sexual es tratado dentro del sistema de adoctrinamiento con una clara alusión al tema conducta (ver punto 5), exclusivamente.

Caso típico relatado como ejemplo entre los informantes entrevistados: "Esteban", de 35 años de edad, soltero, que vive con su madre y sin experiencia sexual, dado que es testigo desde muy joven, padeció durante un tiempo una serie de problemas muy íntimos debido a su afición por las revistas pornográficas. Dado que no podía manejar el tema, pidió ayuda a los ancianos dirigentes. Ellos fueron muy claros: "No mires más revistas, que así te curarás". Dicho y hecho. Según me cuenta este informante, se curó del problema, siguió siendo feliz. Simplemente con dejar de mirar, era suficiente. Su sanación pasó por una cuestión simplemente conductista, una cuestión de conciencia y de las cosas que entran por sus ojos. Nada más.

Es conocido y de dominio público la negación por parte de esta organización a recibir transfusión de sangre y comer sangre de animales. Asocian transfusión y alimentación. Son innumerables los problemas socio-medicinales por esta actitud. No aceptan en sus cuerpos sangre, dado que la consideran sagrada y justifican esa prohibición en base a textos del Antiguo y Nuevo testamento.

R 2. Organización Su estructura es verticalista. La forman las bases de predicadores hasta las cúpulas superiores de congregaciones: circuitos, distritos, sucursales, zonas y el denominado "cuerpo gobernante" con sede oficial (Watch Tower) en Brooklyn, New York. Es una sociedad anónima de características mercantiles. La forman doce personas. El trabajo de base, predicación y venta de publicaciones son las congregaciones de aproximadamente 100 personas por grupo. Cada una de estas congregaciones están dirigidas por un siervo ministerial (administrador del local, aseo, organización semanal de las reuniones, etc.). Le sigue en jerarquía el cuerpo de ancianos o presbíteros, que son los encargados de velar por la conducta de los miembros y controlar el grado de participación de los mismos en lo que respecta a la divulgación de sus ideas o "predicación". Éstos forman el comité judicial, que posee la función de amonestar o en caso extremos expulsar a aquellos que disienten de las doctrinas básicas o que se hayan visto involucrados en pecados graves. El circuito lo forman de 20 a 25 congregaciones y lo dirige el superintendente o "siervo de circuito". Por encima de este se encuentra el distrito (grupo de circuitos), a cargo de un "siervo de distrito". Ambos siervos cumplen la función de controlar el estado de las congregaciones en el orden moral y de organización. Les siguen los superintendente de zona y sucursal. Cada una de estas sucursales están a cargo de un director (por ejemplo, de México). Éstos a su vez responden a los a la central en los Estados Unidos, es decir, al cuerpo gobernante. 3. Creencias básicas Varios son los pilares en donde los testigos de Jehová construyen todo su andamiaje. Uno de ellos, básico para entender toda su escatología, es el concepto sobre la inmortalidad del alma. Para esta organización no existe una vida en el más allá. La culminación de la vida se da con la muerte. Para este fin argumentan, tomando como base una serie de textos bíblicos (entre ellos Eclesiastés 9, 5). Por otro lado, argumentan que el concepto de alma en el lenguaje bíblico no hace referencia a una porción especial del hombre, sino que el concepto "alma" puede referirse a entidades vivientes, dotadas de cuerpo. Este punto de vista les da pie para entender la resurrección de los cuerpos luego del Armagedón. Todos los muertos anteriores a este desenlace serán resucitados. Consideran que la inmortalidad del alma es una idea "pagana" que proviene de Egipto y Babilonia y que no se encuentra ningún indicio de esta idea en las escrituras bíblicas (4). Poseen un fuerte monoteísmo. No aceptan la idea católica del Dios trinitario, argumentando que no existen indicios de tal idea en las escrituras bíblicas. Por lo tanto, Cristo fue creado y es inferior a su Padre (5). Atacan violentamente el dogma católico con argumentos bíblicos muy elementales. Tampoco es aceptada la virginidad de María. Consideran que es idólatra venerar a la madre de Jesús. Consideran que Jesús tuvo otros hermanos de carne. La misma actitud, con respecto a los santos tradicionales y populares. Son extremadamente duros con las manifestaciones populares religiosas. Consideran que no son aceptadas por Dios. Las tachan de paganismo (6). En cuanto al tema sexual, gozan de un puritanismo particular. Son motivo de expulsión las relaciones prematrimoniales y el adulterio. El tema sexual es tratado dentro del sistema de adoctrinamiento con una clara alusión al tema conducta (ver punto 5), exclusivamente. Caso típico relatado como ejemplo entre los informantes entrevistados: "Esteban", de 35 años de edad, soltero, que vive con su madre y sin experiencia sexual, dado que es testigo desde muy joven, padeció durante un tiempo una serie de problemas muy íntimos debido a su afición por las revistas pornográficas. Dado que no podía manejar el tema, pidió ayuda a los ancianos dirigentes. Ellos fueron muy claros: "No mires más revistas, que así te curarás". Dicho y hecho. Según me cuenta este informante, se curó del problema, siguió siendo feliz. Simplemente con dejar de mirar, era suficiente. Su sanación pasó por una cuestión simplemente conductista, una cuestión de conciencia y de las cosas que entran por sus ojos. Nada más. Es conocido y de dominio público la negación por parte de esta organización a recibir transfusión de sangre y comer sangre de animales. Asocian transfusión y alimentación. Son innumerables los problemas socio-medicinales por esta actitud. No aceptan en sus cuerpos sangre, dado que la consideran sagrada y justifican esa prohibición en base a textos del Antiguo y Nuevo testamento. Escatología (milenarismo) Uno de los argumentos claves de su actuación y predicación es la destrucción del mundo presente por medio de un Armagedón o lucha de Dios contra los malvados y Satanás, dios de este sistema de vida, conflagración que puede acontecer en cualquier momento, especialmente desde 1914, comienzo de la etapa del fin y que llaman "el fin de este sistema de cosas" homologable a un fin del mundo (7). Aquellos que en ese momento no pertenezcan a los testigos de Jehová o que Dios no los haya elegido, serán virtualmente destruidos por medio de un cataclismo que incluirá agua y fuego, precedido de una "gran tribulación", etapa de confusión y guerra, antes del fin propiamente dicho. La Tierra se transformará en un paraíso: "Nuevo orden de cosas" donde los cristianos verdaderos que sobrevivan gozarán de paz eterna, sin morir (8). Existen dos clases de testigos de Jehová. Los primeros son los 144.000 elegidos que Dios ha seleccionado a través de la historia. Éstos son los únicos que resucitan. Los elegidos antes de 1914 (entronización invisible de Cristo en los cielos) ya han resucitado y gozan de la presencia de Dios. Los elegidos con posterioridad a esa fecha, después de la muerte corpórea resucitarán de la misma manera. Éstos serán desde los cielos los que gobiernen la Tierra con Cristo, tras el Armagedón. Los muertos anteriores a la destrucción de este mundo serán resucitados en forma corpórea y ayudarán a componer la Tierra, mientras que quienes estén vivos en el momento de la intervención y que no sean testigos de Jehová, no serán salvados y morirán indefectiblemente. Este modo de concebir el destino del mundo se basa en un creacionismo con tintes fundamentalistas. Consideran que el Génesis, con la creación de Adán y Eva, el pecado y demás son absolutamente reales, incluso su cronología (el hombre fue creado hace sólo 6.000 años). Atacan violentamente la teoría evolucionista darwiniana, con argumentos bíblicos y biológicos, sumamente especulativos y con el propósito de disuadir a sus miembros en primer lugar y a las personas no testigos acerca de la supuesta falsedad de la teoría de la evolución (9). Muchos de estos argumentos contra la teoría evolucionista son muy endebles y cumplen la función de eliminar de manera rápida los obstáculos que puedan perjudicar a su doctrina. No cumplen el papel de profundizar en el disenso, o de abrir canales de pensamiento. Su carácter es informativo y no formativo.

LA IGLESIA MORMONA TOMADO DE:


El Movimiento de los Santos de los Últimos Días, también conocido como mormonismo, es un movimiento religioso conformado por un grupo de iglesias cristianas que trazan su origen hasta la llamada Iglesia de Cristo, fundada por el estadounidense Joseph Smith en 1830.

Las principales denominaciones del movimiento son la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (también conocida como iglesia mormona o iglesia SUD), la Iglesia fundamentalista de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la Comunidad de Cristo, y las Iglesias de Cristo del Terreno del Templo y Bickertonita. Estas iglesias se caracterizan por practicar o haber practicado ciertas doctrinas particulares ajenas a las demás denominaciones cristianas tales como la poligamia, el matrimonio eterno y el bautismo de los muertos.1

La base de su doctrina la constituyen la Biblia, el Libro de Mormón y la recopilación denominada Doctrina y convenios. Otros textos, como el Libro de Abraham o la Traducción de la Biblia de Joseph Smith tienen aceptación mixta dentro del movimiento, siendo aceptados como escritura sagrada por algunas iglesias y rechazados por otras.

Al movimiento también se le conoce como mormonismo y a sus miembros como mormones. Inicialmente usado de forma despectiva por sus detractores, los adherentes de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días habían adoptado el término, como el Coro del Tabernáculo Mormón o el Mormon Newsroom; sin embargo, su uso ha sido desalentado por esta iglesia en favor de otros términos como «miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días».2

Índice 1Historia

  • 1.1Joseph Smith y la Iglesia de Cristo

  • 1.2Migraciones, luchas y escisión

Historia

Joseph Smith y la Iglesia de Cristo

Los orígenes del mormonismo se remontan al 6 de abril de 1830 en la región occidental del estado de Nueva York, donde Joseph Smith fundó la Iglesia de Cristo, con el objetivo inicial de crear una Nueva Jerusalén en Nueva York, a la que llamaría Sión.

Según Smith en 1820 en la localidad de Palmyra ubicada a unos ochenta kilómetros al norte de la ciudad de Nueva York, Dios y Jesucristo se aparecieron ante él para decirle que desaprobara y considerara como falsos todos los credos de las iglesias existentes hasta entonces. A este supuesto suceso actualmente se le conoce como Primera Visión.3​ Smith también dijo que el 21 de septiembre de 1823, recibió una segunda visión, esta vez de un ángel llamado Moroni, el cual le indicó que sobre una colina cercana a Palmyra encontraría enterrados unos manuscritos en planchas de oro, los cuales serían un compendio de profetas pertenecientes a la América antigua. Tales escritos, supuestamente redactados en un idioma llamado egipcio reformado, fueron supuestamente traducidos por Smith. Este libro, titulado Libro de Mormón y según el cual Jesucristo habría visitado América después de su resurrección, constituye uno de los textos canónicos del movimiento. Smith, con la ayuda de Martin Harris, Oliver Cowdery y David Whitmer, publicó el libro por primera vez en 1830 en inglés. La primera traducción al castellano y otros idiomas apareció en 1886.​

Entre 1832 y 1842, Smith escribió por lo menos cuatro relatos acerca de la «Primera Visión». Estos relatos son similares en muchos aspectos, pero difieren tanto en sus énfasis como en algunos detalles. El relato de 1838 fue publicado en el libro Perla de gran precio, otro de los libros de referencia de la Iglesia.​

Migraciones, luchas y escisión

En 1831 Smith y sus primeros fieles se mudaron a Kirtland, Ohio, y establecieron un asentamiento en el Condado de Jackson, Misuri, donde pensaban establecer sus cuarteles generales.​ Sin embargo, en 1833 los colonos de Misuri los expulsaron violentamente y los mormones fracasaron en su subsiguiente operación paramilitar para recuperar la tierra. A pesar de lo anterior, el movimiento consiguió expandirse durante un tiempo en Kirtland, pero debió irse de allí abruptamente en 1838, luego de un escándalo económico que provocó diversas desafecciones y por el cual Smith debió enfrentar varias demandas por enriquecimiento indebido y la creación de un banco ilegal. Smith reagrupó al resto de sus seguidores en un asentamiento denominado Far West, en Misuri, donde las tensiones con los antiguos colonos escalaron hasta llegar a conflictos violentos.​

En 1839 los mormones se instalaron en la ribera del río Misisipi, donde fundaron la ciudad de Nauvoo, la cual comenzó a crecer rápidamente gracias al asentamiento de nuevos conversos traídos por los misioneros mormones. Por esta época, Joseph Smith comenzó a introducir la poligamia entre sus más allegados y a establecer nuevas ceremonias que supuestamente permitían a los justos convertirse en dioses.​

Joseph Smith y su hermano Hyrum fueron asesinados el 27 de junio de 1844 mientras se encontraban detenidos en una cárcel de Carthage, Illinois. Debido a que Hyrum era el sucesor designado de Smith, se desató una crisis de sucesión que provocó varios cismas en la iglesia y de la que surgiría Brigham Young como líder de la mayoría de los mormones, primero radicado en Nebraska, y desde 1847 en Utah. Joseph Smith

La doctrina de la poligamia impulsada originalmente por Smith se formalizó públicamente en 1852. Diez años después se comenzaron a promulgar en Estados Unidos diversas leyes en contra de esta práctica.​ En 1885, el estado de Idaho la prohibió, decisión ratificada por el Tribunal Supremo de los Estados Unidos en 1890. De este modo, los mormones perdieron su derecho a voto.​ Posteriormente, algunas iglesias mormonas, como la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, abandonaron oficialmente la poligamia,2021​ mientras que otras, como la Iglesia Fundamentalista de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, todavía la practican.


LA IGLESIA ADVENTISTA


El adventismo es una rama del cristianismo protestante que remonta su origen al Movimiento Millerita ocurrido en Estados Unidos a mediados del xix y que se caracteriza por su énfasis en la creencia del regreso personal, visible y glorioso de Cristo —es decir, la Segunda Venida— es inminente. La Iglesia Adventista del Séptimo Día se ha convertido en la organización con mayor extensión y membresía, con congregaciones en más de 200 países y una membresía que supera los 22 millones, seguida por la Iglesia de Dios (Séptimo Día), con una presencia en 45 países del mundo.

Movimiento Millerita

El movimiento adventista se originó a raíz de las ideas de William Miller, un granjero bautista estadounidense que comenzó a predicar durante el Segundo Gran Despertar religioso, ocurrido durante la primera mitad del xix. Miller —que se había convertido a la fe bautista durante la década de 1820— comenzó a estudiar la Biblia, especialmente los libros proféticos de Daniel y Apocalipsis. Principalmente sobre la base de su interpretación de Daniel 8:14, que hablaba de un periodo de 2300 días, concluyó que Cristo regresaría alrededor de 1843. Comenzó a predicar sus descubrimientos en 1831, y pronto emergió como el líder de un movimiento popular. A medida que se acercaba el año 1843, Miller predijo más específicamente que Cristo volvería entre el 21 de marzo de 1843 y el 21 de marzo de 1844..

El Gran Chasco

Miller y sus seguidores se enfrentaron a grandes burlas debido a sus predicciones. Aunque las expectativas aumentaron cuando un cometa apareció repentinamente en el cielo nocturno en marzo de 1843, sintieron una gran decepción cuando la Segunda Venida no se produjo en marzo de 1844. Después de este primer fracaso, uno de los seguidores del movimiento, Samuel S. Snow sugirió una nueva fecha, el 22 de octubre de 1844. Aquel día, entre cincuenta mil y doscientas cincuenta mil personas esperaron ansiosamente la segunda venida de Cristo. Cuando nada extraordinario ocurrió, los milleritas quedaron profundamente decepcionados. El acontecimiento pasó a ser conocido como el Gran Chasco, y la mayoría de los creyentes abandonó el movimiento.​

Nacimiento del movimiento sabatista

Entre los que continuaron aceptando la profecía de Miller estaban Joseph Bates, James White y la esposa de White, Ellen G. White. Ellos creían que Miller había fijado la fecha correcta pero habían interpretado los eventos incorrectamente. A partir de la lectura de los capítulos 8 y 9 del libro de Daniel, llegaron a la conclusión de que Cristo había comenzado la «purificación del santuario celestial», es decir, un juicio investigador —una acción invisible para el ojo humano— que luego sería seguido por el pronunciamiento y la ejecución de la sentencia, un evento visible futuro. En 1844, según su punto de vista, Dios había iniciado un examen de todos los nombres en el Libro de la Vida, y solo después de que esto se completara, Jesús volvería de forma literal y visible a la tierra, acontecimiento que los adherentes a esta postura continuaron considerando inminente, aunque evitaron en lo sucesivo señalar una fecha concreta. También llegaron a creer que el sábado, el séptimo día de la semana, debía ser observado como día de reposo por los cristianos

LAS SAGRADAS ESCRITURAS

Las Sagradas Escrituras, Antiguo y Nuevo Testamento, son la Palabra escrita de Dios, dada por inspiración divina. Los autores inspirados hablaron y escribieron movidos por el Espíritu Santo. En esta Palabra, Dios ha confiado a la humanidad el conocimiento necesario para la salvación. Las Sagradas Escrituras son la suprema, autoritaria e infalible revelación de Su voluntad. Son la norma de carácter, la prueba de la experiencia, el revelador definitivo de las doctrinas, y el registro fiable de los actos de Dios en la historia. 2. LA DEIDAD: Hay un solo Dios: Padre, Hijo, y Espíritu Santo, una unidad de tres Personas coeternales. Dios es inmortal, todopoderoso, omnisciente, sobre todo, y omnipresente. Es infinito y más allá de la comprensión humana, pero conocido a través de su auto-revelación. Dios, que es amor, es por siempre digno de adoración y servicio por parte de toda la creación. (Gen. 1:26; Deut. 6:4; Isa. 6:8; Mat. 28:19; Juan 3:16 2 Cor. 1:21, 22; 13:14; Ef. 4:4-6; 1 Pedro 1:2.)

3. DIOS PADRE:

Dios el Padre eterno es el Creador, Proveedor, Sustentador y Soberano de toda la creación. Él es justo y santo, misericordioso y gentil, lento para la ira, y abundante en amor y fidelidad. Las cualidades y poderes exhibidos en el Hijo y el Espíritu Santo son también las del Padre. (Gen. 1:1; Deut. 4:35; Sal. 110:1, 4; Juan 3:16; 14:9; 1 Cor. 15:28; 1 Tim. 1:17; 1 Juan 4:8; Apoc. 4:11.)

4. DIOS HIJO (JESUCRISTO)

Dios Hijo encarnó en Jesucristo. A través de Él todas las cosas fueron creadas, el carácter de Dios es revelado, la salvación de la humanidad es alcanzada, y el mundo es enjuiciado. Dios siendo eterno y verdadero, se convirtió también en un verdadero humano, Jesús el Cristo. Fue concebido por el Espíritu Santo y nació de la virgen María. Vivió y experimentó la tentación como un ser humano, pero ejemplificó perfectamente la justicia y el amor de Dios. Por medio de sus milagros manifestó el poder de Dios y fue atestiguado como el Mesías prometido de Dios. Sufrió y murió voluntariamente en la cruz en lugar nuestro a causa de nuestros pecados, resucitó de entre los muertos y subió al cielo para ministrar en el santuario celestial en nuestro favor. Él vendrá de nuevo en la gloria para la liberación final de su pueblo y la restauración de todas las cosas. (Isa. 53:4-6; Dan. 9:25-27; Lucas. 1:35; Jn. 1:1-3, 14; 5:22; 10:30; 14:1-3, 9, 13; Rom. 6:23; 1 Cor. 15:3, 4; 2 Cor. 3:18; 5:17-19; Fil. 2:5-11; Col. 1:15-19; Heb. 2:9-18; 8:1, 2.)

5. DIOS ESPÍRITU SANTO

Dios Espíritu Santo fue parte activa con el Padre y el Hijo en la Creación, la encarnación y la redención. Él es tan persona como lo son el Padre y el Hijo. Él inspiró a los autores de las Escrituras. Llenó la vida de Cristo con poder. Él atrae y convence a los seres humanos; y a aquellos que responden, Él los renueva y transforma a la imagen de Dios. El Espíritu Santo fue enviado por el Padre y el Hijo para estar siempre con sus hijos, extiende los dones espirituales a la iglesia, la capacita para dar testimonio de Cristo, y en armonía con las Escrituras la conduce a toda la verdad. HUMANIDAD

Amorosamente diseñados como seres perfectos, Dios creó a los humanos a su propia imagen con libre albedrío y dominio sobre la tierra. Pero el pecado se coló a través de la tentación por parte de Satanás, el Diablo. Ahora la perfección de la humanidad está manchada, nuestros cuerpos y mentes corrompidos. Nuestro mundo, que una vez fue perfecto, hoy está en una constante lucha entre el bien y el mal.

Afortunadamente, Dios tenía un plan para redimir a la humanidad a través de su Hijo, Jesucristo. Él finalmente tendrá la victoria sobre el pecado y la muerte y nos restaurará a nosotros y a nuestra tierra a su estado original de belleza y perfección. Las siguientes declaraciones describen lo que la Iglesia Adventista del Séptimo Día cree acerca de la tierra y la humanidad en el contexto del plan final de Dios.

6. CREACIÓN

Dios ha revelado en las Escrituras el auténtico e histórico relato de su actividad creativa. Él creó el universo, y en una reciente creación de seis días el Señor hizo «los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos» y descansó en el séptimo día. Así estableció el sábado como un recordatorio perpetuo de la obra que realizó y completó durante seis días literales que junto con el sábado constituyeron la misma unidad de tiempo que hoy llamamos una semana. El primer hombre y la primera mujer fueron hechos a imagen de Dios como la obra cumbre de la Creación, se les dio dominio sobre el mundo y se les encargó la responsabilidad de cuidarlo. Cuando el mundo fue terminado era » muy bueno», declarando la gloria de Dios. 7. NATURALEZA DE LA HUMANIDAD

El hombre y la mujer fueron hechos a imagen de Dios con individualidad, el poder y la libertad de pensar y hacer. Aunque fueron creados como seres libres, cada uno es una unidad indivisible de cuerpo, mente y espíritu, que depende de Dios para la vida, el aliento y todo lo demás. Cuando nuestros primeros padres desobedecieron a Dios, negaron su dependencia de Él y cayeron de su alta posición. La imagen de Dios en ellos fue desfigurada y se sometieron a la muerte. Sus descendientes comparten esta naturaleza caída y sus consecuencias. Nacen con debilidades y tendencias al mal. Pero Dios en Cristo reconcilió al mundo consigo mismo y por su Espíritu restaura en los mortales penitentes la imagen de su Creador. Creados para la gloria de Dios, están llamados a amarlo a Él y a los demás, y a cuidar de su entorno. LA SALVACIÓN

Incluso antes de la creación de la tierra, hubo una guerra entre el bien y el mal. Lucifer, un ser que una vez fue perfecto y muy apreciado, se puso celoso de Dios y deseaba una posición más alta. Cuando Dios no le dio lo que quería, se convirtió en Satanás. Acusó a Dios de ser injusto.

Satanás entonces descarrió a un tercio de los ángeles del cielo, y Dios tuvo que expulsarlos. Para vengarse de Dios, Satanás comenzó a atacar a su preciosa nueva creación: la Tierra. Sabiendo que los humanos fueron creados con libre albedrío, los tentó para que se rebelaran contra la amorosa guía de Dios.

Pero Dios sabía que esto no tenía por qué ser el final de la historia de la humanidad. Demostró cuánto nos ama enviando a su propio Hijo, Jesucristo, a morir en lugar de la humanidad, para soportar el castigo final que el pecado trae (Romanos 6:23, Juan 3:16).

Sin embargo, todavía se trata de una elección. Dios nunca quiso una lealtad forzada. La opción es nuestra. Podemos sucumbir al pecado y elegir vivir para nosotros mismos, o podemos elegir aceptar el sacrificio de Jesús, seguirlo y conocerlo. Y si lo elegimos, Él promete guiarnos con su Espíritu Santo y nunca nos abandonará.

Las siguientes declaraciones describen lo que la Iglesia Adventista del Séptimo Día cree sobre la lucha entre el bien y el mal, y cómo todavía hay esperanza de salvación para la humanidad a través del amoroso sacrificio de Jesucristo.

8. LA GRAN CONTROVERSIA

Toda la humanidad está ahora involucrada en una gran controversia entre Cristo y Satanás con respecto al carácter de Dios, su ley y su soberanía sobre el universo. Este conflicto se originó en el cielo cuando un ser creado, dotado de libertad de elección, en exaltación propia se convirtió en Satanás, el adversario de Dios, y llevó a la rebelión a una porción de los ángeles. Introdujo el espíritu de rebelión en este mundo cuando llevó a Adán y Eva al pecado. Este pecado humano dio lugar a la distorsión de la imagen de Dios en la humanidad, el desorden del mundo creado, y su eventual devastación en el momento del diluvio universal, como se presenta en el relato histórico de Génesis 1-11. Observado por toda la creación, este mundo se convirtió en la arena del conflicto universal, del cual el Dios de amor será finalmente reivindicado. Para ayudar a su pueblo en esta controversia, Cristo envía al Espíritu Santo y a los ángeles leales para guiarlos, protegerlos y sostenerlos en el camino de la salvación. 9. LA VIDA, MUERTE Y RESURRECCIÓN DE CRISTO

En la vida de Cristo, de perfecta obediencia a la voluntad de Dios, su sufrimiento, muerte y resurrección, Dios proporcionó el único medio de expiación por el pecado humano, para que aquellos que por fe acepten esta expiación puedan tener vida eterna, y toda la creación pueda comprender mejor el infinito y santo amor del Creador. Esta expiación perfecta vindica la justicia de la ley de Dios y la gracia de su carácter; porque condena nuestro pecado y provee nuestro perdón. La muerte de Cristo es sustitutiva y expiatoria, reconciliadora y transformadora. La resurrección corporal de Cristo proclama el triunfo de Dios sobre las fuerzas del mal, y para aquellos que aceptan la expiación, asegura su victoria final sobre el pecado y la muerte. Declara el Señorío de Jesucristo, ante el cual se doblará toda rodilla en el cielo y en la tierra. 10. LA EXPERIENCIA DE LA SALVACIÓN

En infinito amor y misericordia Dios hizo a Cristo, que no conocía el pecado, para que fuera para nosotros pecado, para que en Él pudiéramos experimentar la justicia de Dios. Guiados por el Espíritu Santo sentimos nuestra necesidad, reconocemos nuestra pecaminosidad, nos arrepentimos de nuestras transgresiones y ejercemos la fe en Jesús como Salvador y Señor, Sustituto y Ejemplo. Esta fe salvadora viene a través del poder divino de la Palabra y es el regalo de la gracia de Dios. A través de Cristo somos justificados, adoptados como hijos e hijas de Dios, y liberados del señorío del pecado. A través del Espíritu nacemos de nuevo y somos santificados; el Espíritu renueva nuestras mentes, escribe la ley de amor de Dios en nuestros corazones, y se nos da el poder de vivir una vida santa. Permaneciendo en Él nos hacemos partícipes de la naturaleza divina y tenemos la seguridad de la salvación ahora y en el juicio. (Gen. 3:15; Isa. 45:22; 53; Jeremías 31:31-34; Ezequiel 33:11; 36:25-27; Hab. 2:4; Marcos 9:23, 24; Juan 3:3-8, 16; 16:8; Rom. 3:21-26; 8:1-4, 14-17; 5:6-10; 10:17; 12:2; 2 Cor. 5:17-21; Gál. 1:4; 3:13, 14, 26; 4:4-7; Ef. 2:4-10; Col. 1:13, 14; Tito 3:3-7; Hebreos 8:7-12; 1 Pedro 1:23; 2:21, 22; 2 Pedro 1:3, 4; Ap. 13:8).

1 11. IGLESIA

Después del ministerio de Jesús en la tierra, él comisionó a sus seguidores para que se dedicaran a contar a otros sobre su amor y su promesa de regresar. Al hacer esto, también ordenó amar a todas las personas como nos ama a todos nosotros.

A pesar de lo imperfecta que es la humanidad, Dios todavía nos da el privilegio de ser parte de su ministerio. Al hacer esto, somos su Iglesia, o el Cuerpo de Cristo, todos con diferentes dones espirituales para contribuir. Él nos anima a reunirnos, apoyarnos unos a otros y servir juntos.

Las siguientes declaraciones describen lo que la Iglesia Adventista del Séptimo Día cree en relación con la comunidad de creyentes en todo el mundo, la Gran Comisión de Dios, y los principios para guiar a las congregaciones locales organizadas.

11 . LA LEY DE DIOS

Los grandes principios de la ley de Dios están encarnados en los Diez Mandamientos y ejemplificados en la vida de Cristo. Expresan el amor, la voluntad y los propósitos de Dios en relación con la conducta y las relaciones humanas y son vinculantes para todas las personas en todas las épocas. Estos preceptos son la base del pacto de Dios con su pueblo y la norma en el juicio de Dios. A través de la agencia del Espíritu Santo señalan el pecado y despiertan un sentido de necesidad de un Salvador. La salvación es enteramente por gracia y no por obras, y su fruto es la obediencia a los mandamientos. Esta obediencia desarrolla el carácter cristiano y resulta en un sentido de bienestar. Es una prueba de nuestro amor por el Señor y nuestra preocupación por nuestros semejantes. La obediencia de la fe demuestra el poder de Cristo para transformar vidas, y por lo tanto fortalece el testimonio cristiano. (Éxodo 20:1-17; Deut. 28:1-14; Sal. 19:7-14; 40:7, 8; Mat. 5:17-20; 22:36-40; Juan 14:15; 15:7-10; Rom. 8:3, 4; Ef. 2:8-10; Heb. 8:8-10; 1 Juan 2:3; 5:3; Apoc. 12:17; 14:12).

12. EL SÁBADO

El amable Creador, después de los seis días de la Creación, descansó en el séptimo día e instituyó el Sábado para todas las personas como un memorial de la Creación. El cuarto mandamiento de la inmutable ley de Dios requiere la observancia del séptimo día como día de descanso, adoración y ministerio en armonía con la enseñanza y la práctica de Jesús, el Señor del Sábado. El Sábado es un día de encantadora comunión con Dios y con los demás. Es un símbolo de nuestra redención en Cristo, un signo de nuestra santificación, una muestra de nuestra lealtad, y un anticipo de nuestro futuro eterno en el reino de Dios. El Sábado es la señal perpetua de Dios de su pacto eterno entre Él y su pueblo. La alegre observancia de este santo tiempo de tarde a tarde, de sol a sol, es una celebración de los actos creativos y redentores de Dios. 13. MAYORDOMÍA

Somos los mayordomos de Dios, a quienes Él ha confiado tiempo y oportunidades, habilidades y posesiones, y las bendiciones de la tierra y sus recursos. Somos responsables ante Él por su uso apropiado. Reconocemos la propiedad de Dios por medio del servicio fiel a Él y a nuestros semejantes, y devolviendo el diezmo y dando ofrendas para la proclamación de su evangelio y el apoyo y crecimiento de su iglesia. La mayordomía es un privilegio que Dios nos ha dado para nutrirnos en el amor y la victoria sobre el egoísmo y la codicia. Los mayordomos se regocijan en las bendiciones que llegan a los demás como resultado de su fidelidad. (Gen. 1:26-28; 2:15; 1 Cron. 29:14; Hageo 1:3-11; Mal. 3:8-12; Mat. 23:23; Rom. 15:26, 27; 1 Cor. 9:9-14; 2 Cor. 8:1-15; 9:7.)

14. CONDUCTA CRISTIANA

Estamos llamados a ser un pueblo santo que piensa, siente, y actúa en armonía con los principios bíblicos en todos los aspectos de la vida personal y social. Para que el Espíritu Santo recree en nosotros el carácter de nuestro Señor nos involucramos sólo en aquellas cosas que producirán la pureza, la salud y la alegría de Cristo en nuestras vidas. Esto significa que nuestra diversión y entretenimiento debe cumplir con los más altos estándares de gusto y belleza cristiana. Reconociendo las diferencias culturales, nuestra vestimenta debe ser sencilla, modesta y pulcra, como corresponde a aquellos cuya verdadera belleza no consiste en el adorno exterior sino en el imperecedero adorno de un espíritu apacible y tranquilo. También significa que como nuestros cuerpos son los templos del Espíritu Santo, debemos cuidarlos inteligentemente. Junto con el ejercicio adecuado y el descanso, debemos adoptar la dieta más saludable posible y abstenernos de los alimentos impuros identificados en las Escrituras. Ya que las bebidas alcohólicas, el tabaco y el uso irresponsable de drogas y narcóticos son dañinos para nuestros cuerpos, debemos abstenernos de ellos también. En su lugar, debemos participar en todo lo que lleve a nuestros pensamientos y cuerpos a la disciplina de Cristo, que desea nuestra salud, alegría y bondad. (Génesis 7:2; Éxodo 20:15; Levítico 11:1-47; Salmo 106:3; Romanos 12:1, 2; 1 Corintios 6:19, 20; 10:31; 2 Corintios 6:14-7:1; 10:5; Efesios 5:1-21; Fil. 2:4; 4:8; 1 Timoteo 2:9, 10; Tito 2:11, 12; 1 Pedro 3:1-4; 1 Juan 2:6; 3 Juan 2).

15. EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA

El matrimonio fue divinamente establecido en el Edén y afirmado por Jesús como una unión de por vida entre un hombre y una mujer en una compañía amorosa. (Génesis 2:18-25; Éxodo 20:12; Deuteronomio 6:5-9; Proverbios 22:6; Mal. 4:5, 6; Mat. 5:31, 32; 19:3-9, 12; Marcos 10:11, 12; Juan 2:1-11; 1 Cor. 7:7, 10, 11; 2 Cor. 6:14; Ef. 5:21-33; 6:1-4.)


16. RESTAURACIÓN (FIN DE LOS TIEMPOS)

Dios siempre ha investigado antes de actuar, demostrando su voluntad de perdonar y dándonos a cada uno la oportunidad de ser parte de su plan. Vimos que esto era cierto con el Jardín del Edén, la Torre de Babel, el éxodo de Egipto, y la destrucción de Sodoma y Gomorra.

Antes de la Segunda Venida de Jesús, está investigando toda la tierra, todos los que han vivido, cada elección que cada ser humano ha hecho. Dios quiere que quede claro para nosotros, y para el universo que nos observa, que ninguna persona experimentará un destino que no haya elegido.

El regreso de Cristo está cada vez más cerca, lo que significa el juicio final de la humanidad, la destrucción de los malvados, el fin de la muerte y el pecado, y la redención de aquellos que aceptan el regalo de la salvación de Dios. Y ese no es el final de la historia. Disfrutaremos de un milenio en el cielo y la restauración de nuestra tierra al paraíso que una vez fue, para que lo disfrutemos por la eternidad mientras comulgamos cara a cara con Dios.

Las siguientes declaraciones describen lo que la Iglesia Adventista del Séptimo Día cree sobre el fin de los tiempos de la tierra, y lo que le espera a la humanidad a medida que se desarrolla la eternidad.

17. EL MINISTERIO DE CRISTO EN EL SANTUARIO CELESTIAL

Hay un santuario en el cielo, el verdadero tabernáculo que el Señor estableció y no los humanos. En él Cristo ministra en nuestro nombre, poniendo a disposición de los creyentes los beneficios de su sacrificio expiatorio ofrecido de una vez por todas en la cruz. En su ascensión, fue inaugurado como nuestro gran Sumo Sacerdote y comenzó su ministerio de intercesión, que fue tipificado por el trabajo del sumo sacerdote en el lugar santo del santuario terrenal. En 1844, al final del período profético de 2300 días, entró en la segunda y última fase de su ministerio expiatorio, que fue tipificado por el trabajo del sumo sacerdote en el lugar sagrado del santuario terrenal. Es un trabajo de juicio investigativo, que es parte de la disposición final de todo pecado, tipificado por la limpieza del antiguo santuario hebreo en el Día de la Expiación. En ese servicio típico el santuario era limpiado con la sangre de los sacrificios de animales, pero las cosas celestiales son purificadas con el perfecto sacrificio de la sangre de Jesús. El juicio investigativo revela a las inteligencias celestiales quiénes de entre los muertos están dormidos en Cristo y por lo tanto, en Él, son considerados dignos de tener parte en la primera resurrección. También pone de manifiesto quiénes entre los vivos permanecen en Cristo, guardando los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, y en Él, por lo tanto, están listos para ser trasladados a su reino eterno. Este juicio reivindica la justicia de Dios al salvar a los que creen en Jesús. Declara que aquellos que han permanecido leales a Dios recibirán el reino. La finalización de este ministerio de Cristo marcará el fin de la prueba humana antes de la Segunda Venida. (Lev. 16; Núm. 14:34; Eze. 4:6; Dan. 7:9-27; 8:13, 14; 9:24-27; Heb. 1:3; 2:16, 17; 4:14-16; 8:1-5; 9:11- 28; 10:19-22; Apoc. 8:3-5; 11:19; 14:6, 7; 20:12; 14:12; 22:11, 12.)


18. LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO

La segunda venida de Cristo es la bendita esperanza de la iglesia, el gran clímax del evangelio. La venida del Salvador será literal, personal, visible y mundial. Cuando regrese, los justos muertos resucitarán, y junto con los justos vivos serán glorificados y llevados al cielo, pero los injustos morirán. El cumplimiento casi completo de la mayoría de las líneas de la profecía, junto con la condición actual del mundo, indica que la venida de Cristo está cerca. El tiempo de ese evento no ha sido revelado, y por lo tanto se nos exhorta a estar listos en todo momento. (Mateo 24; Marcos 13; Lucas 21; Juan 14:1-3; Hechos 1:9-11; 1 Corintios 15:51-54; 1 Tesalonicenses. 4:13-18; 5:1-6; 2 Tes. 1:7- 10; 2:8; 2 Tim. 3:1-5; Tito 2:13; Hebreos 9:28; Apocalipsis 1:7; 14:14-20; 19:11-21).

19. MUERTE Y RESURRECCIÓN

La paga del pecado es la muerte. Pero Dios, que es el único inmortal, concederá la vida eterna a sus redimidos. Hasta ese día la muerte es un estado inconsciente para todas las personas. Cuando Cristo, quien es nuestra vida aparezca, los justos resucitados y los justos vivos serán glorificados y arrebatados al encuentro de su Señor. La segunda resurrección, la resurrección de los injustos, tendrá lugar mil años después. (Job 19:25-27; Sal. 146:3, 4; Ecl. 9:5, 6, 10; Dan. 12:2, 13; Isaías 25:8; Juan 5:28, 29; 11:11-14; Rom. 6:23; 16; 1 Cor. 15:51-54; Col. 3:4; 1 Tes. 4:13-17; 1 Tim. 6:15; Apocalipsis 20:1-10).


20. EL MILENIO Y EL FIN DEL PECADO

El milenio es el reino de mil años de Cristo con sus santos en el cielo entre la primera y la segunda resurrección. Durante este tiempo los malvados muertos serán juzgados; la tierra estará completamente desolada, sin habitantes humanos vivos, pero ocupada por Satanás y sus ángeles. Al final, Cristo con sus santos y la Ciudad Santa descenderán del cielo a la tierra. Los muertos injustos resucitarán entonces, y con Satanás y sus ángeles rodearán la ciudad; pero el fuego de Dios los consumirá y limpiará la tierra. El universo será así liberado del pecado y de los pecadores para siempre. (Jeremías 4:23-26; Ezequiel 28:18, 19; Mal. 4:1; 1 Cor. 6:2, 3; Apocalipsis 20; 21:1-5.)

22 LA NUEVA TIERRA

En la nueva tierra, en la que habita la justicia, Dios proveerá un hogar eterno para los redimidos y un ambiente perfecto para la vida eterna, el amor, la alegría y el aprendizaje en su presencia. Allí Dios mismo morará con su pueblo, y el sufrimiento y la muerte habrán pasado. La gran controversia terminará, y el pecado ya no existirá. Todas las cosas, animadas e inanimadas, declararán que Dios es amor; y Él reinará para siempre. Amén. (Isaías 35; 65:17-25; Mateo 5:5; 2 Pedro 3:13; Apocalipsis 11:15; 21:1-7; 22:1-5.)


En todo caso si por el catolicismo llueve por el cristianismo protestante ideologías religiosas que se separaron de la iglesia católica no escampa, son lucrativos negocios para sus líderes que sin el más mínimo pudor moral esquilan a sus ovejas para obtener bienes materiales predicando valores espirituales que ellos no ponen en practica, para la muestra un botón o un ejemplo la iglesia de Cash y luna en Guatemala.



 
 
 

Comments


Publicar: Blog2_Post
  • Facebook
  • Twitter

©2020 por Mi Blog de Enseñanzas. Creada con Wix.com

bottom of page